sábado, 9 de enero de 2010


… y si dudas , ¿qué? ; y si dudamos juntos , ¿ para qué lo hacemos tan lejos?. No sé si mañana pueda escribir que el cielo sigue arriba, como lo ha estado por todo el tiempo en que la existencia del “mundo” ha transcurrido “naturalmente”; es posible que otras palabras puedan decir mejor lo que siento, tal vez la verdad sea más clara cuando no se duda, pero si dejamos siempre a la verdad como certeza, ¿de qué nos sirve la fragilidad de los momentos? .

El manejo de las dudas, es no negar que están: ponerlas al inicio y al final ; hacer de la vida el escenario para la obra " los quereres imposibles" , así no hay límite entre la utopía y la realidad material. “Nunca digas nunca”, para darle descanso al siempre imponente de la visión concreta, para que seamos la confluencia esencial de la no certeza de los momentos, la duda inherente de lo sentido expresado entre interrogante: ¿ cierto? … ¡quizás!

1 comentario:

Cristian Sepulveda Jara dijo...

el manejo de las dudas, es colocarlas en el sitial que quisieramos correspondiesen...


querida amiga....saludos


cricri.